martes, 21 de marzo de 2017

Oralidad en materia penal... ¡A la mexicana!

¡Saludos estimados lectores! En esta edición abordaré una situación que se ha vuelto evidente en los juzgados de control del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México (TSJCDMX) que consiste en que algunos titulares de los órganos jurisdiccionales sutilmente les piden al ministerio público, que le dicten sus argumentos para ir tomando nota de lo acontecido, retardando así la audiencia y afectando la oralidad en detrimento de una pronta resolución.

Estoy de acuerdo que el juez de control tome nota de lo que considere importante en la audiencia y lo tome en cuenta a la hora de resolver, pero de ahí a que prácticamente el MP le esté dictando y el juzgador trascriba textual lo que el abogado de la sociedad le externe, es totalmente aberrante.

No vaya a suceder a futuro que se tenga un sistema penal adversarial y oral pero a la mexicana, como sucede en materia del trabajo, donde en las juntas de conciliación y arbitraje (que por fortuna para todos están a punto de desaparecer gracias a la nueva reforma laboral) se sacrifica la palabra hablada y se le da preferencia a los escritos donde las partes acuden a las audiencias para ratificar lo plasmado en el papel, usando formulismos orales casi sagrados que evocan al foro romano y su ritual inflexible, ya que de no hacer lo que se estipulaba en el mismo, se corría el riesgo de perder el caso.

Recordemos que en la década de los años 20's teníamos cortes penales con jurado popular y el proceso era oral, posteriormente dijeron que no eran viables y se instituyeron los juzgados penales unipersonales, con profesionales del Derecho como titulares para conocer y resolver dichos casos. 
Ahora con la reforma de junio de 2008 se tienen juzgados de control y tribunal de enjuiciamiento oral que de no corregir éste y otros vicios, tendremos criterios emitidos por los jueces que deberán de llevar todo por escrito para una justicia más pronta y expedita para que en audiencia, se ratifiquen y el juez decretando recesos, los lea en su oficina como si se tratara de un proceso mixto arruinando la buena intención del lesgislador para dar celeridad a un procedimiento y/o proceso penal.

¿Y usted amigo lector, que opinión tiene?

Es cuanto.




miércoles, 1 de marzo de 2017

Mi cliente, un Cid Campeador.

Saludos queridos lectores, en esta ocasión escribiré acerca de un caso laboral relevante para mi.

Hace dos años que un buen cliente y amigo mío me contactó para que le llevara un asunto en materia del trabajo, tramitado ante la junta federal de conciliación y arbitraje en la ciudad.
Después de las audiencias de ley dentro de juicio, al final se tuvo que promover un amparo cuya sentencia se emitió a finales de febrero de este año.

A mi buen amigo, le prometí que iba a hacer todo lo posible para ganar su caso, hecho que se logró con la sentencia judicial que lo amparaba en el juicio de garantías señalado. Lamentablemente en la parte final del proceso, mi cliente cayó en enfermedad y tuvo que ser hospitalizado de emergencia.

Fui a visitarlo al nosocomio, le ayudé a comer y a beber agua, le dije que saldría de la enfermedad con bien, que no se dejara caer, y al verlo con mejoría era cuestión de días para que lo dieran de alta.

La hora de audiencia en el palacio de justicia federal había llegado, se analizó el caso, se estudiaron las pruebas, se formuló la sentencia definitiva que lo favorecía. Emocionado me dirigía a notificarle la buena nueva, pero la vida en un giro inesperado me tenía una sorpresa amarga... El 27 de febrero de 2017, el mismo día que le dieron sentencia a su favor, el mismo día que fallecía mi amigo.

Fue como el Mío Cid, que a pesar de estar muerto, había ganado la batalla. La justicia de la unión le había dado la razón y con ello la victoria.
El proceso seguirá su marcha y sus beneficiarios serán quienes reciban sus prestaciones laborales, al final se hizo justicia.

En la abogacía, uno vive el drama social en lugares lúgubres como prisiones, hospitales, centros psiquiátricos, cementerios y la misma calle, para coadyuvar a la impartición de justicia en los juzgados a pesar de todo y de todos. Por eso en esta ocasión quise dedicar unas líneas ofreciendo tributo a mi amigo  que en paz descanse ¡Gracias por haber confiado en mi, al final ganamos!

Dedicado a la memoria de V.C.H.