jueves, 29 de junio de 2017

Las ciencias forenses en un caso penal.

Saludos queridos amigos, esta entrega está dedicada a los miembros del grupo de criminólogos, criminalistas y ciencias forenses, quienes a petición al que suscribe, les narrará una anécdota que tuvo lugar hace algunos años...

Era una tarde de junio de 2009, cuando en el despacho para el que trabajaba llamaron a la puerta de forma desordenada, procedí a abrir y me encontré con una señora de aproximadamente 40 años, la cual llorando me solicitó entrevistarse con el abogado titular y por vía telefónica me comuniqué con él y le expuse la situación.

Acto seguido la señora en presencia del abogado, le comentaba entre sollozos que su esposo había desaparecido misteriosamente hacía unos 4 días con todo y la camioneta tipo "urvan" que presta el servicio de transporte público del municipio de Chalco a San Lázaro, en la Ciudad de México.

El abogado tomó el caso como "coadyuvante" y comenzó a auxiliar al ministerio público en el Estado de México en las investigaciones y diligencias para integrar la entonces averiguación previa, la cual hasta en ese momento contenía la denuncia formulada por la señora y otra mujer cuyo marido había igualmente desaparecido con todo y el vehículo de transporte de pasajeros en similares circunstancias.

Al ir avanzando las pesquisas, apuntaban a que habían sido secuestrados o habían sido víctimas del delito de robo con violencia para desapoderarlos de las camionetas arriba señaladas, delitos frecuentes en esa zona del Estado de México y en los límites del entonces Distrito Federal, por lo que se presumía también que esos actos pudieron ser cometidos por una banda criminal conocida como "los flanagans" según la PGJEM, que azotaba al gremio transportista de carga y pasajeros, donde por cierto actualmente es lugar del delito de sustracción de ductos de PEMEX, conocido como "huachicoleo" y además donde hace poco le robaron una camioneta a un hombre, mataron a un bebé y violaron a dos mujeres.

Posteriormente al estar recabando información con el comandante de la policía ministerial, recibió una llamada a su celular y le avisaron que habían encontrado al esposo de una de las denunciantes, en la carretera a Puebla, mismo que estaba golpeado y semidesnudo. Le tomaron la declaración y dijo que le habían robado la camioneta y sus pertenencias, pero lo dejaron en libertad en el municipio de Amecameca, pero que ignoraba el paradero de su compañero de trabajo y que seguía desaparecido.

Tres días después. nos avisaron los policías ministeriales que habían encontrado el cuerpo de un sujeto del sexo masculino en la orilla de la carretera México Puebla. Nos trasladamos a ese lugar y nos percatamos que estaba el piso lodoso, pues acababa de llover y en ese lugar, reposaban unos zapatos, un pantalón, una chamarra y una gorra presuntamente de la víctima.

Al realizar el levantamiendo de los indicios, debajo de esas prendas encontraron una osamenta llena de tierra, consistente en un cráneo, el costillar y un fémur; restos que trasladaron al anfiteatro del ministerio público de Chalco. A unas cuantas horas arribó la esposa del chofer desaparecido y al mostrarle los huesos para su "reconocimiento" rompió en un llanto tétrico y a gritar "ES ÉL, SÍ ES ÉL, ES MI MARIDO" 

Lo anterior me puso a pensar:
¿Cómo un cuerpo puede ser reducido totalmente a huesos en una semana?
¿Cómo las prendas encontradas estaban casi limpias a pesar de que había estado lloviendo y la zona es fangosa y acomodadas de tal forma que simulaban un cuerpo en posición boca abajo o prono ventral?
¿Cómo pudo la señora reconocer el cuerpo de su marido, si fuera el caso, únicamente con ver por unos instantes, una osamenta incompleta?

Los policías ministeriales dijeron que se debía a que en el lugar había fauna nociva como ratas y perros, además de insectos y demás alimañas y que sí era posible que un cuerpo quedara reducido a huesos en ese lapso o menos. Que la ropa estaba casi limpia porque como había llovido mucho, prácticamente se lavó y que la señora reconoció a su marido porque ya llevaba años de casada con él y que ese hecho era probable. Yo no les creí, el abogado patrono tampoco, el ministerio público menos y por ello se ordenó una investigación a fondo para llegar a la verdad de los hechos.

Aquí se pone interesante el asunto, ya que me tocó a compañar a unos agentes ministeriales a cumplimentar una órden de localización y presentación del chofer que encontraron con vida y al rendir su declaración, cayó en variadas contradicciones, primero dijo que su "compadre" estaba muerto y luego dijo que había tenido una conversación telefónica con él dos días antes.

Esto llevó al ministerio público a rastrear las llamadas y aunado a esto, una empresa de seguros presentó una denuncia de hechos porque alguien había querido cobrar un seguro de más de 2 millones de pesos, con unos documentos dudosos, entre ellos la denuncia de las señoras, presentada ante ese órgano y solicitaban una investigación a fondo.

Las diligencias condujeron a los policías ministeriales, a una vecindad cerca del penal de Huitziltzingo en el Estado de México, donde algunos vecinos informaron a los agentes que hacía menos de 15 días se había mudado un señor con las características del desaparecido y que salía muy poco. No lo encontraron en su casa en los días posteriores.

Mientras tanto, en la PGJEM, en el área de servicios periciales, se llevaban a cabo pruebas de ADN que le tomaron al hermano del desaparecido, pues de manera fortuita había regresado de los Estados Unidos en aquellas fechas e ignoraba lo que pasaba. Esto ayudó a la PGJEM pues no tenían familiares del "occiso" dentro del territorio nacional y se necesitaba proceder así para confirmar si el chofer era en efecto la osamenta encontrada o no.

 Paralelo a eso, el dueño de las camionetas sustraídas, presentó su denuncia por el delito de robo con violencia y presentó a su equipo jurídico y pericial para coadyuvar con el C. Agente investigador.

2 meses después detuvieron al "occiso" en el mercado de Valle de Chalco en el Estado de México mientras desayunaba en ese lugar junto con su esposa, fueron trasladados a las instalaciones del MP de ese municipio para tomarles la declaración.

Se supo que habían fraguado un fraude para simular la muerte del chofer y cobrar la cantidad de 2 millones, 300 mil pesos que amparaba la póliza del seguro adquirido por el dueño de los vehículos de transporte público, misma que protegía al conductor en caso de muerte accidental o con violencia. De igual forma el otro chofer que encontraron primero, había estado de acuerdo en eso pero se desistió y como dicen "a criminal arrepentido, puente de oro" 

Los dictámenes periciales habían establecido que las pruebas de ADN no empataban entre la osamenta y el hermano del "desaparecido" y que dichos huesos aparentemente los habían sacado de una tumba con apoyo del personal del panteón municipal, previo pago por sus servicios de profanación de fosas.

Epílogo: Fueron cesados cuatro elementos de la policía ministerial por ayudar en la comisión de un hecho delictuoso a favor de particulares. El chofer que se hizo el occiso y su esposa fueron procesados por fraude en un juzgado penal en Toluca, las ciencias forenses dejaron en claro que las personas mienten pero los dictamenes no. En ese caso aprendí el gran papel que desempeñan los peritos en su auxilio inmediato para la investigación y persecusión de los delitos así como en la procuración e impartición de justicia.

¿Y los huesos que fueron profanados? Los enviaron a la fosa común, pues nadie los reclamó a pesar de convocar a la gente para ese fin. Según los servicios periciales de la PGJEM, llevaban en su última morada aproximadamente 50 años...


Es cuanto.



miércoles, 28 de junio de 2017

La Procuraduría Federal del Consumidor ¿un elefante blanco? PARTE I

Les saludo con mucho gusto después de un lapso sin escribir. El tema de hoy es producto de la experiencia en el litigio en PROFECO (procuraduría federal del consumidor) por parte de su servidor y amigo.

En enero de este año tuve mi primer asunto en esa dependencia gubernamental, compareciendo a una audiencia por la parte proveedora (empresarial) y desde ese día noté que los conciliadores de PROFECO tomaban una actitud un poco prepotente con el "demandado" y prácticamente quieren forzar a que se llegue a un arreglo o convenio entre las partes desde la primera audiencia, lo que yo llamaría "una conciliación voluntariamente a fuerzas"  

Vamos por partes... En la Ley Federal de Protección al Consumidor, se contemplan 3 audiencias conciliatorias para avenir a las partes en coflicto, arreglen sus diferencias mediante precisamente, la conciliación y en caso de no hacerlo en esas oportunidades, pueden solicitar intervenga un árbitro imparcial que pueden designar las partes o la procuraduría les asignará uno. Aún así el laudo arbitral no tiene mucha fuerza legal que digamos y para hacerlo cumplir, debería de hacerse por conducto de un órgano jurisdiccional (juzgado o tribunal dependiente del poder judicial) situación que es improbable la mayoría de las veces.

Me ha tocado lidiar con algunos conciliadores que se toman el papel de verdaderos desfacedores de entuertos a favor del consumidor (en Puebla, por ejemplo) y con una actitud intimidatoria o amenazante, me "piden de la manera más atenta" le cumpla prácticamente el capricho a la parte quejosa en todas y cada una de sus partes o si no habrá imposición de multas y medidas de apremio por "violar la ley" en aquella ocasión, me exigía que me trasladara a la sede poblana y le llevara el dinero al quejoso a más tardar en 5 días hábiles, por considerar que era "procedente" la devolcuión de una cantidad monetaria por "incumplir" un contrato (¿la PROFECO es competente para rescindir contratos?)
¿No estaría siendo abogado del quejoso, juez y parte al mismo tiempo?

Lo anterior es risible de no ser tragicómico en virtud de que la PROFECO no tiene la suficiente atribución legal para hacer valer sus resoluciones, es más, ni las multas las puede cobrar directamente esa dependencia, ya que debe girar oficio a la tesorería para que ésta requiera y ejecute el cobro. Para hacerlo aún más jocoso, no fundamentan ni motivan de manera eficaz las multas y medidas de apremio, por lo que con un medio de defensa o impugnación, quedarían sin efecto.

 En el área de litigio que desempeño, es concerniente a contratos de servicios y cuando el quejoso acude a esa dependencia para proceder contra mi cliente, dicha dependencia por conducto de sus conciliadores, me exigen que le "cancele" el contrato al consumidor y le regrese su dinero íntegramente. Obvio lo que hace es indebido pues está prejuzgando sobre el asunto sin antes escuchar los argumentos contrarios, además de caer en el error de dcir "cancelación de contrato" cuando lo correcto es rescindir y hasta donde yo sé, la PROFECO no es competente para hacerlo pues eso es una atribución del poder judicial.

Anécdota: Hace una semana al comparecer a una audiencia vía telefónica en Puebla, no se me permitió formular manifestación alguna a favor de mi cliente porque según no me habían "subido" datos desde las oficinas centrales en la Ciudad de México por conducto de su red informática, a lo que solicité que lo hiciera la comciliadora que me atendía, negándose rotundamente al decir que por su reglamento interno y sus circulares emitidas por el procurador, les estaba prohibido.
Aquello fue una violación a la garantía de audiencia en mi contra y en perjuicio de la empresa, pues no conforme con ello, se me multó por no comparecer, a pesar de haber presentado la contestación a la queja del consumidor en tiempo y forma.Así que lejos de conciliar, se coacciona, se forza y se pretende intimidar a los proveedores para que se solucione un conflicto entre particulares más allá de lo legal.

En la próxima entrega expondré algunas propuestas para mejorar el servicio de esa dependencia, analizaremos un caso particular y presentaré algunas conclusiones personales.
Espero haya sido de su agrado y nos vemos en la próxima edición ¡hasta pronto!
Es cuanto.